En este artículo te cuento una de las historias más descabelladas correspondiente a mi primer trabajo en Colombo, capital de Sri Lanka.
Si trabajas o has trabajado en turismo (hoteles, aerolíneas, restauración, etc.) sabes perfectamente que las probabilidades de que te toque un personaje de cliente son muy altas. Añádele a esto que los hostels por su naturaleza de low cost tienden a atraer otro tipo de cliente, especialmente si es para largas estancias.
1. Otra historia de hostels en Sri Lanka
Con esta premisa comienza la historia, conmigo en la recepción del hostel de Colombo, cuando hace su llegada una cliente vestida con un burka de color negro. A decir verdad, la silueta negra recién llegada imponía cierto halo fantasmagórico. Apenas se veían sus ojos a través de una pequeña ranura. De primeras, hasta me dio cierto mal rollo (con todo el respeto hacia las costumbres de cualquier religión y cultura).


Tenía una reserva de dos semanas en un dormitorio femenino (si no estás familiarizado con hostels, es un dormitorio en el que solo hay chicas).
Para mi sorpresa comenzó a hablar con una voz muy agradable. Se llamaba Halima – nombre real cambiado – y según íbamos realizando las gestiones del check-in, se quitó la capucha del burka. Al verle la cara, algo que no me cuadraba.
Si bien su voz era amable aunque un tanto especial, al verle el rostro caí en la cuenta:
Halima era una mujer trans. Se percibía un tono femenino un tanto forzado. Por otro lado, tenía unos rasgos bastante poco pronunciados por lo que al mirarle a la cara era difícil saber realmente si era hombre o mujer. Sin quererme meter en camisa de 11 varas tocando temas de LGTBI – y nuevamente con todo el respeto y tolerancia -, en mí nacieron las sospechas y no por un tema de género sino por los siguientes puntos que enumero:
- Su pasaporte me activó las alarmas. Si bien las páginas parecían reales y en la foto era ella, el nombre (de mujer) era diferente al que ella decía. En ciertas zonas del mundo los nombres indicados en documentos de identidad son usados en el día a día de una forma diferente. Le pregunté el por qué y no por creerme un policía sino por curiosidad real. Al darme la respuesta noté un tanto de inseguridad en su voz y hasta se liaba al darme la explicación.


- Su reserva era para dos semanas y no tenía un plan sólido después, o al menos no me lo supo explicar. Generalmente, los pocos clientes musulmanes que teníamos venían por temas de trabajo o de negocio y siempre venían con un plan fijo. De nuevo te preguntarás ¿cómo sabes eso Miguel? Pues únicamente teniendo una curiosidad real por conocer a mis clientes y conectar con ellos. Es cuando escuchas las mejores historias y llegas a aprender de ellas.
- Se quedaba en un dormitorio compartido, lo cual me chocó siendo una mujer musulmana tan tradicional (y el hecho de llevar el burka a casi 40 grados me casi confirmaba que era una mujer tradicional).
Terminé con el proceso de check-in y le acompañé a su habitación.
Los días fueron pasando y te digo que Halima era bastante simpática y tenía un buen sentido del humor. Dentro del hostel no llevaba el burka puesto. Tenía cerca de 24 años. Se convirtió en uno de esos personajes emblemáticos del hostel y además, se integró perfectamente en el día a día social del lugar con los otros viajeros. Cocinaba con los otros clientes y charlaba bastante. De hecho me trajo comida cocinada por ella en varias ocasiones.


Si a esto le sumas mis primeras impresiones el día que llegó, pensarás que soy un paranoico. Pues ya te digo que no. ¿Conoces a alguna persona que confía en su intuición? Soy uno de esos, y continuaba analizando y confiado en que había gato encerrado.
¿Sabes que Colombo es un foco de dengue? Te cuento mi experiencia con el dengue en Sri Lanka en este post
Halima nunca salía a la calle con los demás. Si organizábamos un evento con los clientes del hostel tampoco se apuntaba. Cuando salía a la calle lo hacía siempre sola y equipada con su burka, únicamente para comprar comida y regresar. Días después de llegar me dijo que su razón para venir a Sri Lanka era hacer negocios con gemas – una piedra preciosa muy común en Sri Lanka –.
Las siguientes semanas continúo extendiendo su reserva semana tras semana y siempre pagaba en efectivo.


Pese a mis sospechas, Halima me caía bien. Era un personaje bien extrovertido y siempre dispuesto a echar un cable al equipo que trabajamos allí. Creo que yo era el único de todo el hostel en tener sospechas/estar seguro de su cuestión de género. Y no lo digo por poner en tela de juicio cómo ella se sentía y sus tendencias sexuales. Por alguna razón, no me creía que fuera una persona trans. Por supuesto, no lo hablé con nadie.
Recuerdo aquel día en el que Vladi – nombre real cambiado -, un cliente húngaro de larga estancia que trabajaba en una empresa en Colombo, y Halima se ponían ojitos sentados en los pufs del jardín del hostel, hablándose en bajito y desde muy cerca.
Mi intuición me decía que algo pasaba con Halima.
2. La historia se vuelve más interesante cuando…
Un día cualquiera ocurrió algo que hizo que mis alarmas saltasen todavía más, y es que otro cliente corroboró (sin yo decirle nada) mis sospechas.


Se trataba de una chica canadiense que había reservado varias noches en el dormitorio femenino. Al terminar el check-in, le acompañé a la habitación donde en ese momento solo se alojarían ella y Halima. Inmediatamente tras atravesar el marco de la puerta se quedó parada y en silencio unos segundos. Le pregunté si estaba todo bien y me respondió que todo estaba ok. Nota importante: Halima estaba en la calle.
Y es que Colombo tiene mucho que ofrecer. Artículo recomendado:
🔶 Colombo Sri Lanka ▶ Qué ver en Colombo ➡ Guía local [2024]
Yo volví a la oficina y al cuarto de hora, la clienta recién llegada bajó a recepción y preguntó por mí en recepción. Salí de la oficina y con cara de preocupación me contó que ella “podía sentir cosas” y que había sentido una muy mala vibra al entrar en la habitación.


¿Habéis conocido alguna vez a un viajero extremadamente espiritual? Suelen hablar de vibraciones, sensaciones extrasensoriales, de áureas, de conexión, etc. Te hablarán de cómo la luna y los planetas afectan tu vida y te dirán que eneagrama eres. También practican muy a menudo el yoga y la meditación y buscan experiencias que alimenten su aprendizaje en otros niveles. Puedes tener conversaciones súper interesantes con ellos y aprender mucho, pero como te encuentres con una persona menos idónea te pueden volver la cabeza loca. Pies bien estuvo muy acertada.
Además, y para esto no se precisa ningún sentido yogi extrasensorial, decía que el asiento del retrete tenía gotas de orina. De hecho lo comprobé con mis propios ojos. Te recuerdo que era una habitación femenina en la que hasta aquel momento estaba únicamente alojada Halima.
Como ves la canadiense me hizo ver que no iba desencaminado. Le asigné una habitación diferente y fin del asunto.
3. Un desenlace de película
Si ya has leído algunas entradas del blog sabrás que dejé ese trabajo a los cinco meses para (tratar de) montar una startup. Así que no volví a saber nada de Halima hasta que tres meses después recibí un mensaje, momento en el que me encontraba trabajando para montar un hostel en Sri Lanka, en Unawatuna.


Durante esos tres meses Halima seguía alojándose en mi antigua compañía, viviendo el último periodo en el hostel de la cadena ubicado en Negombo. Mi excompañero australiano, otro manager de la cadena, me contactó por Messenger con el siguiente mensaje (y te añado la captura abajo en inglés cubriendo los datos sensibles).
Literalmente ¡PARA FLIPAR! Si no hablas inglés, te lo traduzco:
Halima es un hombre y el CID (como el FBI de Sri Lanka – en realidad es el Criminal Investigation Department) ha estado intentando pillarla durante 4 años por defraudar 48 000 USD. Intentó que le prestase 2500 LKR del hostel tratándome por mi nombre (como si fuesen amigos se refiere). 10 minutos después estos tíos (los del CID) vinieron y bueno, tuvimos que entregarla.
¿Has vivido alguna vez en tu vida un momento de un gran y bien merecido LO SABÍA? Es probable que hayas pensado que exageraba la situación durante el artículo. Mis sospechas ni se acercaban a este desenlace… ¡era impensable!
El desenlace de este artículo del blog es también de película:
Pocas semanas después subí a Colombo a hacer unas gestiones y me pasé a saludar a mi excompañero. Le pregunté detalles por el tema de Halima y compartió cotilleos, volviendo la historia todavía más interesante:
- El pasaporte era falso. Me he tomado la molestia de cambiar el nombre real de nuestro personaje por el de Halima. ¿Y bien? Ni falta que hacía.
- No era trans. Era un fugitivo que se había disfrazado de mujer para pasar inadvertido. Ciertamente, un fugitivo muy entrañable.
- Cuando decía que apenas salía a la calle, ahora tiene sentido ¿verdad? Y el burka era perfecto para mantener su coartada.
- El fraude que llevaba a cabo consistía en la falsificación de tarjetas de crédito y en sacar dinero en efectivo de cajeros, cambiando de ciudades. No recuerdo si el escenario de sus delitos era Omán o Jordania pero el tema es que cuando eso comenzó a cantar, debió decidir cambiar una temporada de país hasta que el ambiente se relajase. Y así terminó en mi hostel en Sri Lanka. Lo que llama la atención es que tuviese que pedir dinero prestado a mi compañero. Pienso ahora que probablemente fuese un cabeza de turco que trabajaba para una organización mayor.
- Los agentes del Sri Lankan Criminal Investigation Department se la llevaron esposada del hostel. Además, venían acompañados por la Interpol (una unidad internacional). Pobre Halima, llegué a cogerle cariño.
¿Te esperabas este desenlace? Para mí, ya el simple hecho de plasmarla por escrito me ha hecho viajar a aquel momento y nuevamente flipar.
4. ¿Seguir tu intuición y actuar o no?
Es una buena pregunta considerando que yo tenía sospechas de algo.
¿Podría haberla echado sin razones? En teoría sí (basándote en cualquier excusa de derecho de admisión o de un máximo de noches de estancia permitidas) pero la chica a.k.a el fugitivo cumplía con creces algunas reglas muy básicas para decidir no echar a un cliente: no creaba problemas ni con el equipo ni con los otros clientes, respetaba las instalaciones y pagaba a tiempo. Era un cliente ideal, aunque por otro lado tenía razones de peso para no llamar la atención.


Puede parecer un cliché hippiesco pero efectivamente, y como decía la canadiense, todos podemos interpretar cosas. Seguramente te has enfrentado muchas veces a situaciones en las que hay algo que te dice algo, tienes un pálpito, una corazonada o por X razón algo o alguien te dan mala espina. Dentro de la racionalidad, yo te invito a fiarte de tu intuición.
En este artículo me fío de mi intuición también:
5. ¿Alguna vez tu intuición te ha salvado, avisado o impresionado?
No te cortes y cuéntamelo en los comentarios. Puedes estar seguro que te leeré y responderé encantado.
Al final, las cosas terminan cayendo por su propio peso. Siempre lo hacen.
Realmente espero que lo hayas disfrutado tanto como yo al rememorar el episodio y que especialmente te pueda servir de reflexión cada vez que te enfrentes a una situación en la que tu intuición te diga cosas al oído en bajito.
Posdata: Vladi nunca llegó a intimar con Halima. A día de hoy, de acuerdo a su versión, Halima le sigue debiendo dinero.